La relación que tenemos muchos hispanohablantes con la Real Academia Española es, a menudo, una relación de amor-odio.
"Amor" porque en el fondo no deja de ser un pilar fundamental sobre el cual se apoya nuestro idioma, por más que en ocasiones sus normas sean poco claras e incluso contradictorias.
Y "odio" porque sentimos que va unos cuantos pasos por detrás del uso diario de la lengua, de manera que sus propuestas a veces provocan rechazo o burla, o simplemente indiferencia.
En esta entrevista publicada recientemente en el Norte de Castilla, el secretario de la RAE Darío Villanueva comenta aspectos interesantes sobre el funcionamiento de la Academia. Además, explica cómo reacciona la RAE frente a neologismos impuestos por la evolución de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías.
Espero que os resulte interesante y que aprendáis un poco más sobre la actividad de la Academia. Después de todo, hay que reconocer que el objetivo de la RAE (cuidar del correcto uso del español y controlar su evolución de manera coherente) no deja de ser una tarea con frecuencia complicada.
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